Convulsión: nueva con causa desconocida (niño)
Su hijo tuvo hoy una convulsión. Una convulsión ocurre cuando hay un pico de actividad eléctrica involuntaria y aleatoria en el cerebro. Puede tener muchas causas. Con frecuencia, no se puede determinar la causa exacta de una convulsión a partir de un solo examen. Puede que su hijo necesite otras pruebas. Tener una convulsión no significa que su hijo vaya a seguir teniendo convulsiones. Esto no significa que a su hijo le hayan diagnosticado epilepsia. Pero, hasta tanto los proveedores de atención médica sepan a qué se debe la convulsión de su hijo, usted debería suponer que puede tener otra convulsión en cualquier momento.
Cuidados en el hogar
Siga estos consejos para el cuidado de su hijo en el hogar: Para esta convulsión:
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Las convulsiones no suelen ser predecibles. Debe asumir que puede ocurrir una convulsión cuando usted menos lo espera. Hasta tanto las convulsiones estén bajo un adecuado control, tome las siguientes medidas para mantener a su hijo seguro:
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No deje solo a su hijo en la tina. Si su hijo tiene edad suficiente, use la ducha en lugar de la tina.
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No deje que su hijo nade, ande en bicicleta o suba las escaleras solo. Su hijo no debería estar en ninguna situación en la que no estaría seguro si tuviera una convulsión. Esto incluye estar en un lugar alto (en la parte superior de las escaleras) o manipular objetos punzantes.
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Observe a su alrededor si hay formas de reducir el riesgo de lesión en caso de que tenga una convulsión. Por ejemplo, las mesas de vidrio u objetos parecidos pueden suponer un riesgo para alguien que tenga una convulsión.
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Si le recetaron un medicamento para prevenir las convulsiones, adminístreselo exactamente como le indicaron. No funciona si lo toma solo “cuando hace falta”. Olvidarse de tomar alguna dosis aumentará el riesgo de que tenga otra convulsión.
En caso de una futura convulsión:
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Si sabe que está por tener una convulsión, sostenga a su hijo. O bien, en una cama o en el suelo con la cabeza apoyada sobre algo blando. La mejor posición es de costado, no boca arriba. Así, la saliva o el vómito saldrán de su boca y no irán hacia los pulmones. Asegúrese de que no haya objetos alrededor que puedan causarle daño mientras su hijo se sacude.
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Durante una convulsión, la mandíbula suele apretarse fuertemente. No intente colocar nada a la fuerza en la boca de su hijo ni intente sostenerle la lengua. No intente detener los movimientos de sacudida.
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Casi todas las convulsiones finalizan al cabo de 30 segundos a 2 minutos. Si su hijo tiene una convulsión que dura más de cinco minutos, llame al 911. También llame al 911 si su hijo se pone azulado o deja de respirar.
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Después de una convulsión, puede que su hijo esté somnoliento o confundido. No le dé al niño nada de comer ni de beber hasta que esté completamente despierto. Llame al 911 para que evalúen a su hijo.
Atención de seguimiento
Realice el seguimiento con el proveedor de atención médica de su hijo.
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Su hijo podría necesitar otras pruebas para ayudar a determinar la causa de su convulsión. Estos análisis pueden incluir funcionamiento de la sangre, electroencefalogramas (EEG) o escaneos cerebrales (IRM o TC).
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Lleve un diario de convulsiones para anotar la frecuencia con que su hijo tiene convulsiones.
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Si su hija es adolescente y comienza a tomar medicamentos anticonvulsivos, y tiene la edad suficiente para quedar embarazada, asegúrese de que use otro método anticonceptivo adicional. Los medicamentos anticonvulsivos pueden afectar la eficacia de las píldoras anticonceptivas y podría quedar embarazada.
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Las mujeres que toman medicamentos anticonvulsivos quizás necesiten determinadas vitaminas.
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Además, su hijo no debe tomar alcohol ni consumir drogas ilegales.
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Para prevenir las convulsiones, es importante tener un cronograma de sueño regular con un descanso de al menos 6 a 8 horas. Se sabe que no dormir es un disparador de las convulsiones.
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Además, tome medidas para prevenir infecciones en su hijo. Estas también pueden desencadenar una convulsión.
Si su hijo tiene la edad suficiente para conducir, es posible que su estado solicite que se presente un informe de las convulsiones. Su hijo no debería conducir hasta que un proveedor de atención médica indique que es seguro hacerlo.
Tome una clase sobre primeros auxilios y reanimación cardiopulmonar. Una clase puede brindarle mayor preparación en caso de que su hijo tenga otra convulsión. Puede encontrar una clase por su zona. Visite:
Cuándo debe buscar atención médica
Llame de inmediato al proveedor de atención médica de su hijo si el niño presenta cualquiera de los siguientes síntomas:
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Otra convulsión
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Fiebre (ver La fiebre y los niños más abajo)
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Irritabilidad, somnolencia o confusión anormal
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Dolor de cabeza o en el cuello que empeora
La fiebre y los niños
Use siempre un termómetro digital para tomar la temperatura de su hijo. Nunca use un termómetro de mercurio.
En el caso de bebés y niños pequeños, asegúrese de usar correctamente el termómetro rectal. Un termómetro rectal puede hacer un orificio (perforar) accidentalmente en el recto. También puede transmitir gérmenes de las heces. Siga siempre las instrucciones del fabricante del producto para usarlo adecuadamente. Si no se siente cómodo midiendo la temperatura rectal, use otro método. Cuando hable con el proveedor de atención médica de su hijo, infórmele qué método usó para tomar la temperatura del niño.
A continuación, se presentan algunas pautas relacionadas con la temperatura de la fiebre. La temperatura tomada en el oído no es precisa antes de los 6 meses de edad. No tome la temperatura oral hasta que su hijo tenga, por lo menos, 4 años de edad.
Bebé menor de tres meses:
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Pregúntele al proveedor de atención médica de su hijo cómo debe tomar la temperatura.
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Temperatura rectal o en la frente (arteria temporal) de 100.4 °F (38 °C) o más, o según le indique el proveedor.
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Temperatura debajo del brazo (axilar) de 99 °F (37.2 °C) o más alta, o según le haya indicado el proveedor.
Bebé o niño pequeño de 3 a 36 meses:
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Temperatura anal, frontal (arteria temporal), o temperatura de oído de 102 °F (38.9 °C) o más alta, o según lo que le haya indicado su proveedor.
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Temperatura debajo del brazo (axilar) de 101 °F (38.3 °C) o más alta, o según le indique el proveedor.
Niño de cualquier edad:
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Si tiene repetidamente una temperatura de 104 °F (40 °C) o más, o según le indique el proveedor.
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Fiebre que dura más de 24 horas en un niño menor de 2 años de edad. O fiebre persistente durante 3 días en un niño de 2 años o más.
Online Medical Reviewer:
Anne Fetterman RN BSN
Online Medical Reviewer:
Joseph Campellone MD
Online Medical Reviewer:
Raymond Kent Turley BSN MSN RN
Date Last Reviewed:
9/1/2019
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