Infección por H. Pylori con úlcera péptica
Una úlcera péptica es una llaga abierta en el revestimiento de la parte superior del tracto gastrointestinal (GI). Puede estar presente en el estómago (úlcera gástrica) o en la primera parte del intestino delgado denominada duodeno (úlcera duodenal).
Los síntomas de una úlcera péptica incluyen dolor de estómago y malestar estomacal. A veces pueden producirse náuseas, vómitos, hinchazón, eructos o sangrado. El sangrado puede verse como sangre fresca en el vómito o vómito que se parece a posos de café. También puede haber heces alquitranadas negras.
Las 2 causas más frecuentes de úlcera péptica son las infecciones por las bacterias llamadas H. pylori y el uso de un tipo de analgésicos llamados fármacos antiinflamatorios no esteroideos (AINE).
Muchas personas tienen H. pylori en el cuerpo. La mayoría de las veces, no causa problemas. Sin embargo, en algunas personas, la infección por H. pylori irrita el revestimiento del estómago. Esto puede hacer que el revestimiento sea más propenso a ser dañado por los ácidos estomacales normales. La bacteria H. pylori también puede aumentar la cantidad de ácido en el estómago. No está claro por qué esta infección provoca problemas en algunas personas y no en otras.
Los AINE, como aspirina, ibuprofeno y naproxeno, pueden causar úlceras pépticas. El riesgo es mayor cuando se usan durante un período más prolongado. Hacen que el revestimiento del estómago sea más vulnerable al daño y la formación de úlceras. Otros fármacos, como los corticoesteroides y los bifosfonatos, también pueden causar úlceras pépticas.
Se pueden realizar pruebas para detectar infección por H. pylori. Estas incluyen análisis de sangre, prueba de aliento y prueba de heces. En algunos casos, es posible que se realice una prueba llamada endoscopia. Durante esta prueba, se coloca un tubo delgado e iluminado en la boca, que baja por la garganta. El proveedor de atención médica puede observar el esófago, el estómago y el duodeno a través de este tubo. Durante esta prueba, se puede tomar una pequeña muestra del revestimiento del estómago (biopsia) para analizarla y determinar si tiene H. pylori.

Cuidados en el hogar
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Se utilizan medicamentos para tratar la infección por H. pylori. Por lo general, se toman dos o más medicamentos juntos durante aproximadamente 2 semanas o más. El tratamiento depende de la causa subyacente de las úlceras pépticas. Se pueden administrar antibióticos si hay presencia de infección por H. pylori.
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Otros medicamentos incluyen antiácidos, bloqueadores H2, inhibidores de la bomba de protones y subsalicilato de bismuto.
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Si el uso de aspirina u otros AINE es la causa de las úlceras, su proveedor de atención médica puede sugerirle que suspenda el uso o cambie la dosis. No interrumpa ningún medicamento, a menos que su proveedor de atención médica lo recomiende.
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Tome todos los medicamentos recetados según las indicaciones. Tome todos los medicamentos hasta que su proveedor de atención médica le pida que deje de tomarlos. Esto es muy importante. Si no finaliza el curso de medicamentos, la infección puede permanecer y puede ser más difícil de tratar.
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Pregunte a su proveedor de atención médica qué efectos secundarios podrían causar los medicamentos. Estos pueden incluir retorcijones en el estómago, diarrea o estreñimiento.
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Una vez que haya terminado el medicamento, es posible que se le realice otra prueba para ver si la infección por H. pylori sigue presente.
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Evite el alcohol y el tabaco durante el tratamiento.
Atención de seguimiento
Haga un seguimiento con su proveedor de atención médica según lo indicado. Asegúrese de volver a realizarse la prueba de H. pylori después del tratamiento.
Cuándo consultar al médico
Llame a su proveedor de atención médica ante cualquiera de las siguientes situaciones:
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Dolor de estómago que empeora o se mueve a la parte inferior derecha del abdomen.
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Vómitos.
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Una pequeña cantidad de sangre (de color rojo oscuro o brillante) en las heces o en el vómito.
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Sensación de debilidad o mareos.
Llame al 911.
Llame al 911 si se presenta cualquiera de los siguientes casos:
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Vómitos con gran cantidad de sangre (de color rojo oscuro o brillante).
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Gran cantidad de sangre (de color rojo oscuro o brillante) en las heces.
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Aparece dolor torácico o empeora, o se extiende a la espalda, el cuello, el hombro o el brazo.
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Desmayo o pérdida del conocimiento.